EL
CAUDAL BASE COMO REFLEJO DE LOS PROCESOS HIDROLÓGICOS A ESCALA CUENCA: UN
ESTUDIO DE CASO EN CUENCAS HIDROLÓGICAS DE LLANURA
BASEFLOW AS A REFLECTION OF
HYDROLOGICAL PROCESSES AT THE WATERSHEDS SCALE: A CASE STUDY IN PLAIN
WATERSHEDS
Romina
Marcovecchio (1), Sebastián Dietrich (2), María Soledad Gualde (3) y María Emilia
Zabala (4)
(1) Instituto de Hidrología de Llanuras "Dr. Eduardo Usunoff" y Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Tandil, Argentina.
e-mail: rmarcovecchio@ihlla.org.ar. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-7470-9117
(2) Instituto de Hidrología de Llanuras "Dr. Eduardo Usunoff" y Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Azul, Argentina.
e-mail: sebadietrich@ihlla.org.ar. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-7937-4061
(3) Instituto de Hidrología de Llanuras "Dr. Eduardo Usunoff" y Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Azul, Argentina.
e-mail: msgualde@ihlla.org.ar. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-5348-9047
(4) Instituto de Hidrología de Llanuras "Dr. Eduardo Usunoff" y Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Azul, Argentina.
e-mail: mzabala@ihlla.org.ar. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9974-3861
El caudal base es un componente clave del ciclo hidrológico, ya que refleja procesos hidrológicos a escala de cuenca. En la cuenca del arroyo del Azul, un sistema de llanura caracterizado por movimientos verticales y almacenamiento predominante sobre el escurrimiento superficial, se ha estudiado el caudal base, pero no su relación con la variabilidad climática. Este trabajo identifica el caudal base en la zona media del arroyo y analiza sus variaciones estacionales en función de la estacionalidad de las precipitaciones, moduladas por el Sistema Monzónico Sudamericano (SMSA). Se utilizó un filtro digital recursivo para identificar el caudal base, cuyos resultados se analizaron considerando la relación cuadrática propuesta por Varni et al. (2019) entre el caudal base y el nivel freático. Los resultados indican que el caudal base representa entre el 60-90% del caudal total durante la fase activa del SMSA (octubre-febrero) y entre el 40-70% en la fase inactiva (marzo-septiembre). Además, la metodología empleada otorga un sentido físico a los filtros digitales al vincularlos con la variabilidad del nivel freático. Este análisis proporciona una visión integral de la dinámica estacional del caudal base y su relación con el ciclo hidrológico y climático.
Palabras clave: Caudal base, BFI, Acuífero Pampeano, Descargas, Variabilidad climática.
Baseflow is a
key component of the hydrological cycle, reflecting hydrological processes at
the watershed scale. In the Azul stream basin, a plain hydrological system
characterized by predominant vertical movements and storage over surface
runoff, baseflow has been studied, but its relationship with climate
variability remains unexplored. This study identifies baseflow in the middle
section of the Azul stream and analyzes its seasonal variations in relation to
precipitation seasonality, modulated by the South American Monsoon System
(SAMS). A recursive digital filter was used to identify baseflow, and the
results were analyzed considering the quadratic relationship proposed by Varni
et al. (2019) between baseflow and groundwater level. The findings show that
baseflow accounts for 60-90% of total flow during the active phase of SAMS
(October-February) and 40-70% during the inactive phase (March-September).
Furthermore, the proposed methodology provides a physical interpretation of
digital filters by linking them to groundwater level variability. This analysis
offers a comprehensive understanding of the seasonal dynamics of baseflow and
its relationship with the hydrological cycle and climate variability.
Keywords: Baseflow,
BFI, Pampean Aquifer, Discharge, Climate Variability.
El intercambio de agua y energía entre la atmósfera y la superficie terrestre es un proceso clave del ciclo hidrológico. A través de la precipitación y la evapotranspiración el agua se desplaza entre ambos sistemas, estableciendo así el vínculo entre lo que se denominan las cuencas atmosféricas y las hidrológicas (van der Ent et al., 2010). Los procesos hidrológicos describen los movimientos del agua en las cuencas hidrológicas, cómo parte del ciclo hidrológico (McMillan, 2022). Así, los procesos hidrológicos no solo regulan los flujos y los almacenamientos de agua, sino que también conectan la atmósfera con la hidrósfera. En este marco, la variabilidad climática cobra relevancia en la circulación y distribución del agua en las cuencas hidrológicas, influyendo tanto en el proceso de recarga de los acuíferos como en la interacción entre el agua subterránea y superficial (Winter et al., 1998; Batista et al., 2018).
El caudal base se destaca como un
componente relevante del ciclo hidrológico, ya que refleja los procesos que
ocurren a escala de cuenca, integrando la influencia de la variabilidad
climática y la dinámica del acuífero (Guisiano et al., 2024). El caudal base es
definido por Singh (1969) “como el flujo neto hacia la corriente desde el
almacenamiento del agua subterránea en el acuífero libre” (McMahon y
Nathan, 2021). Constituye el componente del caudal total que se asocia a las
descargas del almacenamiento del agua subterránea y mantiene el caudal de los
cursos de agua entre los eventos de precipitación, contribuyendo
considerablemente a sostener los procesos ecohidrológicos. En este sentido, la
evaluación de la interacción entre el agua superficial y el agua subterránea es
fundamental para el manejo del recurso hídrico y la gestión de ecosistemas dependientes
del agua subterránea (Winter et al., 1998; Woessner, 2000; Sophocleous, 2002).
La tasa en que el agua subterránea descarga en ausencia de recarga fue uno de los primeros campos de investigación en la hidrología; así como es un ejercicio tradicional de la misma la separación del escurrimiento directo y el caudal base. El caudal base, es el componente del caudal asociado a las descargas desde el almacenamiento subterráneo y es utilizado en análisis regionales para describir los parámetros que caracterizan la disminución del caudal en ausencia de recarga. El caudal base suele asociarse a un parámetro característico de cada cuenca hidrológica, conocido como la constante de recesión, el cual forma parte de su curva de recesión. Esta constante se relaciona con la geomorfología de la cuenca y es indicadora de las características del flujo en la misma. Si bien existen muchas técnicas de separación del caudal base y el escurrimiento directo, es importante resaltar que la mayoría de las mismas son metodologías aproximadas, ya que la complejidad de los procesos hidrológicos es tal, que incluso el término caudal base, es más bien de carácter conceptual más que una descripción precisa de los orígenes del agua (Nathan y McMahon, 1990).
Las técnicas de separación de caudal base y escurrimiento directo, se basan en la ecuación de recesión, ecuación (1):
(1)
donde Qt es el caudal en el tiempo t, que es igual a la descarga inicial Qo, mientras que e⁽⁻α*t⁾ es la constante de recesión.
El modelo de recesión exponencial y el marco teórico para el desarrollo de algoritmos de filtrado se construyeron bajo el supuesto de que el caudal de salida es linealmente proporcional a su almacenamiento (Eckhardt, 2005; Eckhardt, 2008). A partir de la ecuación (1) se definen técnicas gráficas, las cuáles son aplicables a eventos de crecida y recesión, así como también, técnicas automatizadas para la separación de caudal base a partir de la aplicación de filtros digitales. Las técnicas de separación de hidrogramas basadas únicamente en el hidrograma son arbitrarias y no pueden validarse sin datos de campo. Sin embargo, las técnicas automatizadas son comparables con las técnicas de separación manual basadas en la curva maestra de recesión (Nathan y McMahon, 1990).
Otras metodologías que permiten
identificar el caudal base son las denominadas metodologías con trazadores, las
cuáles son más efectivas ya que consideran los procesos físicos y químicos.
Guisiano et al. (2024) realizan la calibración de métodos automatizados para la
separación del hidrograma, identificando los componentes del caudal mediante
EMMA (End-Member Mixing Analysis, por sus siglas en inglés) y definen los
trazadores óptimos para el caudal base a través de los cuales calibran el
filtro digital recursivo (Lyne y Hollick, septiembre, 1979; Chapman, 1991;
Chapman y Maxwell, enero, 1996; Eckhardt, 2005). Es la primera vez que se
realiza la calibración de un método automatizado con trazadores.
En la cuenca del río Quequén Grande
(provincia de Buenos Aires), Alcaraz et al. (2024) utiliza valores de ᶟH para separar la escorrentía directa
y caudal base. Estos autores calculan que la proporción de caudal base varía
entre 36-88% por evento de crecida. Si bien la metodología de trazadores
presenta resultados que son conceptualmente más precisos, estos son costosos
dado el elevado número de muestreos que deben realizarse. Y estudios anteriores
como Gonzales et al. (2009) han identificado un buen ajuste de los filtros
digitales a los trazadores hidroquímicos e isotópicos con diferencias de
aproximadamente 10%.
En la cuenca del arroyo
del Azul, Varni et al. (2019) usan un filtro digital recursivo para calcular el
caudal base que descarga al arroyo en la estación de aforo Seminario (Figura
1), e identifican que el caudal base tiene una relación cuadrática con la
altura del nivel freático. Este trabajo se realizó a partir del análisis de la
piezometría en 6 piezómetros de 10 m de profundidad pertenecientes a la red de
monitoreo del Instituto de Hidrología de Llanuras (IHLLA) (Figura 1). El filtro
digital utilizado, es un filtro digital recursivo, correspondiente al filtrado
de paso bajo de un hidrograma (Lyne y Hollick, septiembre, 1979; Eckhardt,
2005; Varni et al., 2019), que se basa en que, en el espectro de frecuencia de
un hidrograma, las ondas largas tendrán mayor probabilidad de estar asociadas
al caudal base, mientras que la variabilidad de alta frecuencia será causada
principalmente por la escorrentía directa.
La cuenca del arroyo del Azul es un sistema hidrológico de llanura,
dónde dominan los movimientos verticales del agua y el almacenamiento sobre la
escorrentía superficial. En estos sistemas, las descargas por
evapotranspiración alcanzan el 90% de la descarga total del sistema (Usunoff et
al., 1999). Aunque se ha avanzado en el conocimiento sobre las descargas y el
caudal base en la cuenca del arroyo del Azul (Varni et al., 2019; Guevara Ochoa
et al., 2020; Zabala et al., 2021), aún no se comprende completamente la
relación entre la variabilidad climática y la interacción entre el agua
superficial y subterránea.
Figura 1. Izquierda superior:
ubicación de la cuenca del río Salado y de la cuenca del arroyo del Azul. Izquierda
centro: ubicación de la cuenca del arroyo del Azul y sitios de estudio. Derecha:
evolución temporal de las variables meteorológicas e hidrológicas.
Los objetivos de este trabajo son identificar el caudal base en la zona media de la cuenca del arroyo del Azul (Partido de Azul, Buenos Aires) y analizar sus variaciones estacionales en relación con las variables meteorológicas. Comprender la magnitud, frecuencia y origen de los flujos que sostienen el caudal del arroyo, dado que esto es clave para la gestión adecuada del recurso hídrico y la protección de los ecosistemas dependientes del agua subterránea.
SITIO DE ESTUDIO
La cuenca hidrológica del arroyo del Azul se ubica en la llanura pampeana, en el centro de la provincia de Buenos Aires (Argentina) y constituye una subcuenca de la cuenca del río Salado. Posee un área de 6237 km² y su cauce principal es el arroyo del Azul, el cual escurre de SO a NE durante 160 km hasta ser interceptado por el Canal 11 (Figura 1).
La cuenca del arroyo del Azul puede subdividirse en función de las
pendientes topográficas en cuenca alta, con pendientes entre 5-0.5% y en cuenca
baja con pendientes igual o menores a 0.2% (Sala et al., 1987). La cuenca alta
se caracteriza por un fuerte control estructural, el cual se expresa en una red de drenaje con diseño dendrítico, mientras que
en cuenca baja la red de drenaje se caracteriza por
estar pobremente definida y los cursos de agua suelen ser paralelos a subparalelos al curso principal
debido a la baja pendiente topográfica.
Desde el punto de vista
morfoestructural la cuenca del arroyo del Azul está ubicada en
los ámbitos del sistema de Tandilia y la cuenca tectónica del Salado; limitadas
por la escarpa de falla denominada “Costa de Heusser” (Teruggi y Kilmurray,
1975). Durante el Cenozoico tardío, una cubierta sedimentaria continental extensiva
se acumula en ambas unidades morfoestructurales, sobreyaciendo los
afloramientos del Precámbrico del sistema de
Tandilia, dando origen al actual paisaje de llanura (Zárate y Rabassa, 2005).
Dentro de las secuencias
sedimentarias cenozoicas se diferencian dos secuencias sedimentarias
principales. La secuencia sedimentaria inferior, neógena, es principalmente de origen fluvial con menores
eventos eólicos. Está conformada principalmente por facies conglomerádicas,
arenosas y arcillosas. La secuencia sedimentaria superior, cuaternaria, está compuesta principalmente por sedimentos de
origen eólico y episodios fluviales dispersos, con una corteza calcárea
generalizada. Esta secuencia la conforman principalmente facies limosas y
arcillosas de forma subordinada. Las secuencias sedimentarias están separadas
por una facie conglomerádica. Ambas secuencias sedimentarias constituyen el
acuífero Pampeano, el cual se caracteriza por ser un sistema multicapa que
presenta un espesor de 100-120 m en la ciudad de Azul (Gualde et al., 2024). El
acuífero Pampeano presenta una conductividad
hidráulica horizontal (Kh) de 5 m/d y una conductividad hidráulica vertical
(Kv) de 0.5 m/d (Varni y Usunoff, 1999). La superficie freática en el área analizada se encuentra entre la equipotencial de 250 msnm y la isopieza de 130
msnm, y las líneas de flujo convergen hacia el NE en la estación de aforo
Seminario (Figura 1).
La recarga total anual
promedio es de 250 mm; siendo los meses de marzo y agosto cuando se producen las mayores recargas del acuífero freático. La profundidad del
nivel freático varía entre 1-5 m de profundidad. Alcanzando las mayores
profundidades el mes de febrero, influenciado por las mayores descargas por evapotranspiración de los meses de diciembre, enero y
febrero (Varni et al., 2019). Las descargas
verticales del acuífero freático a la atmósfera tienen un promedio anual de 105
mm (Marcovecchio y Varni, 2020). Guevara Ochoa et al. (2020) estimaron el valor medio de las descargas del acuífero freático al
arroyo del Azul en 34 mm/año. Sumado a esto,
Varni et al. (2019) identifica que las descargas del acuífero freático al
arroyo del Azul mantienen una relación con la
altura de la superficie freática que puede expresarse a través de una función
cuadrática. Estas descargas del acuífero freático que sostienen al arroyo del Azul en períodos con ausencia de precipitaciones,
mantienen las temperaturas estacionales relativamente estables, así como
también los contenidos de oxígeno disuelto (Varni et al., 2019).
En cuenca alta la recarga es local, y los
flujos locales dan origen al flujo base. A partir de la escarpa de falla “Costa
de Heusser”, el espesor del acuífero Pampeano en la cuenca del arroyo del Azul comienza a ser considerable
permitiendo el desarrollo de flujos regionales. Si bien los flujos regionales
están fuera del alcance de los cuerpos y cursos de agua superficial, se espera
que parte de estos flujos regionales alimenten las descargas en la zona media
del arroyo del Azul y que aumenten hacia
cuenca baja dónde son relevantes en el volumen de agua transportado por el
acuífero (Varni et al., 2007; Zabala et al., 2021).
La dirección de escurrimiento del
agua superficial y subterránea es hacia el NE, hacia la cuenca del Salado. El
arroyo del Azul, en la estación de aforo Seminario (Figura 1) tiene un caudal
promedio anual de 2.84 mᶟ/s (Zabala et al., 2021). Se considera a la estación
de aforo Seminario, cómo el cierre de cuenca alta. Esta subcuenca presenta un
área de 1044.85 km², y el arroyo del Azul es el cauce principal, resultado de
la confluencia del arroyo Azul superior con el afluente Videla, al que luego se
suma el Santa Catalina.
Si bien la distribución de las precipitaciones en Sudamérica
depende de su localización geográfica y la estacionalidad, se puede considerar
que esta distribución depende principalmente del Sistema Monzónico Sud
Americano (SMSA), el cuál es un sistema atmosférico complejo cuyas
características dependen de la combinación de diferentes variables para su
desarrollo. Algunas de ellas son la posición e intensidad del Anticiclón
Sudamericano y el flujo de humedad del Amazonas (Raia y Cavalcanti, 2008). El
SMSA presenta dos estaciones bien definidas, una estación lluviosa
(noviembre-marzo) y una estación seca (mayo-septiembre). Estos períodos se
caracterizan por tener diferentes sistemas de circulación en los altos y bajos
niveles de la atmósfera (Ferreira y Reboita, 2022). Además, estos mismos
autores identifican áreas de Sudamérica con comportamientos homogéneos de la
precipitación, asociándolos a los sistemas atmosféricos que actúan sobre ellos.
En este marco regional, la provincia de Buenos Aires corresponde al sur de la
cuenca de La Plata, la cual presenta un ciclo anual de la precipitación
monzónico, con mayores precipitaciones durante el verano (diciembre, enero y
febrero) y menores en invierno (junio, julio y agosto). En el verano, debido a
la disponibilidad de energía solar, el intenso calentamiento de la superficie
terrestre favorece el desarrollo de sistemas convectivos. Además, esta región
recibe humedad y calor desde latitudes tropicales por la corriente de chorro
sudamericana de nivel bajo (South American Low Level Jet) principalmente en el
verano, justificando las mayores precipitaciones en esta estación. Es así que,
las precipitaciones durante la estación húmeda del SMSA son sostenidas
principalmente por Sistemas Convectivos de Mesoescala (MSC) y en la estación
inactiva del Monzón Sudamericano las precipitaciones están asociadas mayormente
a sistemas frontales (Raia y Cavalcanti, 2008).
Se cuenta con series de datos meteorológicos e hidrológicos diarios para el período 1/12/2020-4/06/2024 (1282 días).
Los datos de precipitación y temperatura diaria proceden de la estación Juan Carlos Ceraldi del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), ubicada en la ciudad de Azul, en la margen SE de la estación de aforo Seminario (Figura 1). Los datos de caudales derivan de la estación de aforo Seminario (estación 4069 del Sistema Nacional de Información Hídrica Nacional) y son recolectados por una estación limnimétrica de registro automático horario perteneciente y operada por el Instituto de Hidrología de Llanuras "Dr. Eduardo Jorge Usunoff". La altura del nivel freático (NF) es registrada por el IHLLA con frecuencia diaria, en el piezómetro denominado P40, localizado en la ciudad de Azul (cuenca media, aguas abajo de la estación de aforo Seminario) (Figura 1). Es el piezómetro con mayor registro diario disponible en las cercanías del arroyo, el cuál ha sido registrado desde diciembre de 1991 hasta la actualidad. Al respecto, Varni et al. (2014) identifican que la relación entre los niveles de descarga y distancia a la descarga varía menos que el nivel freático en el punto de observación, por lo cual, los descensos anuales y la profundidad media anual del nivel freático mantienen una relación inversa que presenta un r² = 0.87 y obtiene una relación aceptable entre la variabilidad del nivel freático anual y el caudal base anual en la estación de aforo Seminario (r² = 0.73). P40 tiene una profundidad de 7.7 m. En la Tabla 1 se presenta un resumen de los datos disponibles.
Tabla 1. Variables meteorológicas e hidrológicas utilizadas para el análisis. N = 1282.
Variables |
Frecuencia |
Unidad |
Responsable |
Precipitación |
Diaria |
mm |
SMN |
Temperatura |
Diaria |
°C |
SMN |
Caudal |
Diaria |
mᶟ/s |
IHLLA |
NF P40 |
Diaria |
msnm |
IHLLA |
Las series de datos diarias de caudales y
niveles freáticos presentaban
valores faltantes. Para completarlas se utilizó el método de interpolación lineal implementado en
la librería Pandas del lenguaje de programación Python (Reback et al., 2020).
El análisis estacional se realizó en
función de la distribución anual de las precipitaciones generadas por el SMSA, considerando la fase húmeda de octubre a febrero y la
fase seca de marzo a septiembre. Se analizaron los promedios mensuales y
anuales de las series diarias de precipitación, temperatura, caudales y niveles
freáticos, correspondientes al periodo comprendido entre diciembre de 2020 y
junio de 2024. Además, se evaluaron eventos de recesión para el mismo intervalo
temporal.
Por otro lado, se realizó la separación
del hidrograma de la estación de aforo Seminario. La técnica aplicada en este
trabajo permite dividir al caudal en dos
componentes, la escorrentía directa y el caudal base. La misma se
denomina filtro digital recursivo (Rodríguez et al.,
2000) y fue propuesta por Lyne y Hollick (septiembre, 1979). Entre algunos de los
muchos artículos en los que se encuentra utilizada podemos citar a Nathan y McMahon (1990), Eckhardt (2005) y Varni et al.
(2013, 2019). En este caso, para la serie de caudales diarios (mᶟ/s) de la estación Seminario (período 2003-2024) se
utilizó el parámetro de ajuste ∝ = 0.95 (Nathan y McMahon, 1990; Eckhardt, 2005). Luego, para esta
serie se realizaron 5 pasadas del filtro digital
recursivo. Para evaluar y cuantificar la relación entre los resultados de las 5
pasadas del filtro y las demás variables del conjunto de datos (precipitación,
temperatura, altura NF), se realizó una correlación
de Spearman multivariada con la librería scipy.stats. (Virtanen et al., 2020).
Esta correlación permitió identificar el
filtro digital que tiene la mejor relación con la variabilidad del nivel
freático.
Cómo se mencionó anteriormente, Varni et al.
(2019) identificaron una relación cuadrática entre la altura del acuífero
freático y el caudal base en el arroyo del Azul, presentada en la ecuación (2):
(2)
siendo Qb el valor del caudal base (mᶟ/s) y LP la altura del nivel freático (msnm) en el piezómetro 19B (La Posta).
Este conocimiento antecedente, y la identificación del filtro digital que representa el comportamiento del caudal base en la cuenca del arroyo del Azul, permitió el análisis de la relación entre el filtro digital seleccionado y la altura del acuífero freático mediante un modelo de regresión lineal, con una función polinómica de grado 2 con la librería sklearn (Pedregosa et al., 2011).
Para el modelo de regresión, se asume que, a la misma altura del nivel freático, el menor valor del filtro digital corresponde a la descarga del acuífero, basados en el supuesto de que el flujo de salida del acuífero es linealmente proporcional a su almacenamiento (acuífero Dupuit-Boussinesq) (Brutsaert y Nieber, 1977); mientras que valores mayores indican la presencia de flujos subsuperficiales además de la descarga del acuífero freático. El ajuste de la ecuación se llevó a cabo utilizando los valores mínimos de caudal base para cada altura del nivel freático, sin eliminar valores atípicos o datos con variaciones considerables de caudal base en alturas sucesivas. Esta decisión buscó evitar el sobreajuste del modelo. Se empleó una regresión polinómica de segundo grado, ajustando los parámetros para que la parábola se aproximé asintóticamente a 0.2 m³/s a partir de 128.5 msnm, correspondiente al menor caudal base identificado para esta altura del acuífero freático.
Por último, para realizar el análisis estacional de las descargas del acuífero freático al arroyo del Azul, se calculó el Índice de Caudal Base (en inglés BFI, Baseflow Index). El BFI es la relación entre el caudal base y el caudal total (Gustard et al., 1992). Se utilizó el caudal base calculado a partir del modelo de regresión cuadrática en función de la altura del nivel freático. Se realizó el promedio mensual del BFI diario y se exploró la relación del BFI promedio mensual con las variables meteorológicas e hidrológicas a través de una correlación multivariada.
Análisis
de las variables meteorológicas e hidrológicas
Durante el período de estudio, la precipitación media anual fue de
1011 mm, distribuidos en 531 mm durante la fase húmeda (octubre a febrero) y 480
mm en la fase seca (marzo a septiembre). Las temperaturas promedio registradas
alcanzaron 19ºC en la fase húmeda y 11ºC en la fase seca. Estos resultados
sugieren una marcada estacionalidad en el régimen hídrico de la región,
impulsada por distintos mecanismos meteorológicos en cada fase del SMSA (Figura
2). Ferreira y Reboita (2022) destacan que las precipitaciones de la fase
húmeda se originan principalmente en tormentas convectivas, en concordancia con
Sarochar et al. (2005), quienes observaron que en la región pampeana las
mayores precipitaciones ocurren entre noviembre y febrero, siendo el 75% del
total anual producto de eventos convectivos. A diferencia de
la fase seca SMSA, dónde las precipitaciones se asocian con el ingreso de
frentes fríos (Raia y Cavalcanti, 2008).
En la Figura 2 se presentan los promedios mensuales obtenidos para las variables meteorológicas e hidrológicas analizadas, clasificando los meses según la estacionalidad del SMSA.
En el mismo período, se identificaron 25
eventos de recesión hídrica, con un promedio anual de 7 eventos de recesión. En
la estación de aforo Seminario, los caudales promedio fueron de 2.5 m³/s
durante la fase húmeda y de 3.9 m³/s en la fase seca, por lo que podríamos
definir que la estación de flujo alto del arroyo del Azul se corresponde con la estación seca del SMSA.
Figura 2. Promedios
mensuales (diciembre 2020-junio 2024) de variables meteorológicas [precipitación
y temperatura (T)] e hidrológicas [Profundidad superficie freática (SF) y
caudal]. Fase activa del SMSA: octubre-febrero; fase inactiva:
marzo-septiembre.
Por otro lado, la profundidad media de la superficie freática (SF) medida en el piezómetro 40 (P40) fue de 3.9 m durante la fase húmeda y de 3.7 m en la fase seca (Figura 2). Este patrón indica una leve disminución en el nivel freático durante la fase de mayor precipitación, lo que podría estar vinculado a los patrones de recarga y descarga característicos de la región pampeana. Varni et al. (2019) sugieren que las descargas por evapotranspiración (EVT) alcanzan sus niveles más altos durante los meses de diciembre, enero y febrero, lo cual podría contribuir a explicar la disminución observada en la profundidad de la superficie freática durante la fase húmeda.
Separación del
hidrograma
Los resultados de separación del hidrograma se presentan en la Figura 3, donde se puede observar el caudal total en relación a los 5 filtros analizados. Los filtros 1 y 2 corresponden a una respuesta rápida del caudal base a los eventos de tormenta, y los filtros 3, 4 y 5 a respuestas diferidas del caudal base a los eventos de tormenta.
La relación entre las variables meteorológicas, hidrológicas y los resultados aportados por el filtro digital fueron descritas mediante un análisis de correlación multivariado. Este análisis permitió identificar al filtro ‘n3’ como caudal base en la estación de aforo Seminario, debido a la fuerte correlación hallada entre dicho filtro y la variabilidad del nivel freático. Siendo el coeficiente de correlación 0.65 con un p-valor significativo (1.59 ⁻¹⁵²) [Figura 4-Izquierda. Ver valor de NF (msnm) vs. ’n3’].
Figura 3. Separación del hidrograma de la
estación de aforo Seminario con el filtro recursivo digital (Rodríguez et al.,
2000). Detalle de los filtros 1, 2 y 3 en relación al comportamiento del caudal
total durante dos eventos de crecida durante el mes de diciembre 2023.
Figura 4. Izquierda: Análisis de
correlación multivariada (coeficientes de correlación de Spearman). Derecha: Diagrama
de dispersión de la relación profundidad de la SF en P40 y caudal base.
Figura 5. Relación entre la profundidad
del acuífero freático en P40 y el caudal base definido a través del filtro
digital.
Del análisis de la relación entre la variabilidad del nivel freático (P40) y la variabilidad del caudal base (filtro n3), se observó que cuando la profundidad de la superficie freática (PSF) es inferior a 3 m, el caudal base oscila entre 2.7 y 6 m³/s. En rangos de profundidad entre 3 y 4 m, el caudal base disminuye, variando entre 1.2 y 1.7 m³/s; y cuando la PSF se sitúa a más de 4 m de profundidad, el caudal base se reduce aún más, fluctuando entre 1.4 y 0.5 m³/s; siendo los mínimos valores de caudal base observados de 0.2 m³/s (Figura 5).
Estas observaciones coinciden con Varni et al. (2019), quienes concluyeron que el caudal base depende poco de la variabilidad del nivel freático cuando el mismo se encuentra a grandes profundidades. Según estos autores, a partir de una profundidad de 2.5 m, el caudal base comienza a aumentar en aproximadamente 1 m³/s por cada 50 cm de ascenso del nivel freático.
Como se mencionó en la metodología, se ajustaron los caudales base según el filtro digital n3 en función de los niveles freáticos medidos en P40, entendiendo a los niveles freáticos como la elevación de la superficie freática respecto al nivel del mar. Con lo cual, se obtuvo la ecuación (3):
(3)
con un valor de ajuste R² de 0.49. El ajuste se muestra en la Figura 6.
En coincidencia con lo identificado por Varni et al. (2019) la relación entre el caudal base y el nivel freático es caracterizada por una ecuación cuadrática, indicando que el caudal base no aumenta de forma lineal con el ascenso del nivel freático y se incrementa de forma acentuada cuando los niveles son someros. Sin embargo, el valor de R² indica que la altura del nivel freático explica solo el 50% del caudal base obtenido mediante el filtro digital, sugiriendo que otros procesos también contribuyen significativamente al caudal base.
El análisis de la relación entre niveles freáticos y los caudales base, muestra que a partir de los 2.7 m de profundidad (equivalente a 130.5 msnm en P40), el comportamiento del caudal base en función de la profundidad de la SF cambia de forma significativa: se observa un incremento marcado del caudal base cuando la profundidad de la SF es más somera que 2.7 m, mientras que tiende a estabilizarse en aproximadamente 0.2 m³/s cuando la superficie freática alcanza los 4 metros de profundidad (128.5 msnm en P40). Esta observación, junto con la profundidad promedio de la superficie freática durante la época húmeda del Monzón Sudamericano (3.9 metros), sugiere que otros procesos, como los flujos subsuperficiales, podrían ser un componente relevante del caudal base durante los meses de octubre a febrero. El análisis de los errores estacionales también permite identificar que los valores que presentan mayor discrepancia entre lo observado y lo predicho corresponden a caudales base elevados asociados con niveles freáticos profundos. Esta situación se presenta principalmente durante la fase húmeda del Monzón Sudamericano.
Finalmente, aquellos caudales base que se encuentran por debajo de la curva de regresión para un determinado valor del nivel freático, podrían ser atribuidos a efectos locales o efectos de la evapotranspiración.
Figura 6. Modelo de regresión polinómica
de grado 2. Residuos vs. valores ajustados, mostrando mayor desviación de los
valores esperados entre octubre y febrero.
El caudal base anual promedio aportado por las descargas del acuífero freático, calculado entre diciembre de 2020 y junio de 2024, es de 1.14 m³/s, lo que equivale a 34.6 mm/año en la estación de aforo Seminario. Este valor es consistente con la estimación realizada por Guevara Ochoa et al. (2020), quienes, a través de modelación acoplada SWAT-MODFLOW, definieron un promedio anual de descargas subterráneas al arroyo del Azul en 34 mm/año con cierre en la estación Seminario. Así cómo también definieron que son mayores las descargas subterráneas hacia el arroyo durante el invierno y primavera, y menores en verano, debido a la variación de la evapotranspiración. Lo cual es consistente con el análisis desarrollado a través de la ecuación de regresión cuadrática, quien indica que las mayores descargas del acuífero freático ocurren cuando el nivel freático se encuentra a una profundidad menor a los 3 m. Está situación es identificada principalmente entre los meses de marzo-septiembre, en coincidencia con la estación seca del SMSA.
En la Figura 7 se puede observar la relación entre el caudal total, el caudal base registrado por el filtro digital y el caudal base proveniente de las descargas del acuífero freático.
En los eventos de recesión el caudal total coincide con las descargas del
acuífero freático y en eventos de crecida, el filtro digital se diferencia de
las descargas del acuífero freático. Estas diferencias podrían estar asociadas
al desarrollo de otros flujos que responden con retraso a los eventos de
tormenta como los flujos subsuperficiales (Nathan y McMahon, 1990).
Análisis estacional del BFI
A partir del análisis de los promedios mensuales del BFI en el período analizado, en la Figura 8, podemos observar que, durante los meses de enero y febrero, el arroyo se sostiene principalmente por las descargas del acuífero freático, representando las descargas del acuífero el 90% del caudal total. Diciembre muestra la mayor variabilidad del BFI, con valores que oscilan entre el 10% y el 90% de las descargas del acuífero en relación con el caudal total. Durante los meses de marzo a septiembre, que corresponden a la estación seca del SMSA y coinciden con la estación de flujo alto del arroyo, las descargas del acuífero representan entre un 45% y 75% del caudal total (Figura 8). Resultados similares fueron logrados por Alcaraz et al. (2024), quienes estimaron la proporción de caudal base en eventos de tormenta durante el mes de marzo utilizando la separación del hidrograma con ³H. Los valores encontrados por estos autores oscilan entre el 36% y el 47%. Esta similitud respalda la validez de los métodos de separación de hidrogramas mediante filtros digitales, los cuales permiten la separación del hidrograma en series de tiempo continuas.
Figura 8. Distribución mensual del BFI.
Fase activa del SMSA: octubre-febrero; fase inactiva: marzo-septiembre.
La correlación multivariada del BFI
con las variables meteorológicas e hidrológicas es baja; sin embargo, muestra
una correlación moderada con la temperatura mensual (r = 0.28) y un valor p
significativo (6.8x10⁻²). Esta relación entre las proporciones del BFI y las
variables meteorológicas e hidrológicas es coherente con los hallazgos de Varni
et al. (2019) y Guevara Ochoa et al. (2020), quienes destacan la
evapotranspiración como un proceso clave que influye en la interacción entre el
agua superficial y subterránea.
La variabilidad estacional en la
relación entre las descargas del acuífero y el caudal total, junto con la
correlación multivariada de los promedios mensuales del BFI con variables
meteorológicas e hidrológicas, resalta la influencia del proceso de
evapotranspiración en los componentes del caudal total, especialmente durante
la fase húmeda del SMSA. En esta fase, entre los meses de octubre a febrero, la
relación entre el filtro digital y la variabilidad del nivel freático evidencia
la contribución de los flujos subsuperficiales al caudal base, debido a un
nivel freático más profundo, resultado de una mayor evapotranspiración. Por el
contrario, durante la fase seca del SMSA, entre los meses de marzo a
septiembre, el nivel freático es más somero, lo que incrementa la participación
del agua subterránea en el caudal total. No obstante, aunque el caudal base es
mayor debido a niveles freáticos más superficiales, el componente de
escurrimiento directo representa una proporción más significativa del caudal
total en comparación con los meses de octubre a febrero.
El análisis del caudal base permite
comprender las variaciones de almacenamiento del acuífero freático, asociadas a
la variabilidad climática y la variabilidad en la interacción del agua
superficial y el agua subterránea. Esto nos acerca a la comprensión en cómo las
relaciones entre los flujos atmosféricos controlan los procesos hidrológicos
que son sustento de ecosistemas que dependen de las aguas subterráneas.
Este estudio identificó y cuantificó la variabilidad mensual de los componentes del caudal total del arroyo del Azul en el período diciembre 2020-junio 2024 en la cuenca alta del arroyo del Azul. Se observó que el caudal total promedia 1.9 m³/s durante la fase húmeda del SMSA y 3.5 m³/s durante la fase seca en la estación de aforo Seminario. Así mismo, se identificó que, el caudal base presenta un comportamiento estacional muy marcado, variando entre 60-90% del caudal total entre octubre-febrero, la fase húmeda del SMSA, y entre 40-70% durante la fase seca del SMSA. Durante la fase húmeda, el caudal base es aportado principalmente por las descargas del acuífero freático y el incremento de los procesos de evapotranspiración debido a las mayores temperaturas genera una mayor capacidad de almacenamiento en la zona no saturada, lo que reduce el aporte de la escorrentía directa al caudal total, y favorece el desarrollo de flujos subsuperficiales. Por el contrario, en la fase seca, el mayor almacenamiento en la zona no saturada incrementa la contribución de la escorrentía directa al flujo del arroyo.
Además, los resultados confirman la relación cuadrática entre el nivel freático y el caudal base, propuesta por Varni et al. (2019); y se propone una metodología que permite dar un significado físico a los filtros digitales, al vincular su resultado con la variabilidad del nivel freático.
Finalmente, los valores de caudal base derivados del filtro
digital n3 que no se ajustan al modelo cuadrático entre el caudal base y el
nivel freático podrían explicarse por la presencia de flujos subsuperficiales.
Como siguiente paso, se propone validar esta metodología mediante el uso de
trazadores y análisis de mezcla. Esto permitirá mejorar la precisión en la
identificación de los componentes del caudal total y, por ende, avanzar en el
desarrollo de herramientas más robustas para el análisis hidrológico.
Agradecemos a Leticia Rodríguez por la versión modificada del filtro digital recursivo.
Agradecemos especialmente al Doctorado en Ciencias Aplicadas Mención Ambiente y Salud de la
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Argentina.
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https://www.researchgate.net/publication/288184736_Geomorfologia_de_la_provincia_de_Buenos_Aires
Tipo de
Publicación: ARTÍCULO
Trabajo recibido el 27/11/2024, aprobado
para su publicación el 16/12/2024 y publicado el 30/12/2024.
COMO CITAR
Marcovecchio, R.,
Dietrich, S., Gualde, M. S. y Zabala, M. E. (2024). El caudal base como reflejo
de los procesos hidrológicos a escala cuenca: un estudio de caso en cuencas
hidrológicas de llanura. Cuadernos del
CURIHAM, Edición Especial (2024): 40 Años del IHLLA. e06. https://doi.org/10.35305/curiham.ed24.e06
ROLES DE
AUTORÍA
Romina Marcovecchio, Sebastián Dietrich,
María Soledad Gualde y María Emilia Zabala participaron de manera conjunta en
el proceso de investigación, la conceptualización y la creación y redacción del
manuscrito. Romina Marcovecchio es la responsable de la compilación, el análisis
e interpretación de los datos; Sebastián Dietrich estuvo a cargo de la
validación y supervisión de la metodología empleada; María Soledad Gualde fue
la encargada de la curaduría gráfica del trabajo; y María Emilia Zabala fue la
supervisora de la redacción y escritura del manuscrito. Todos los autores
aprobaron la versión final para su publicación y son capaces de responder
respecto al manuscrito.
LICENCIA
Este es un artículo de
acceso abierto bajo licencia: Creative Commons Atribución -No Comercial
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(https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/deed.es)
Este trabajo
se enmarca dentro de la EDICIÓN ESPECIAL (2024): 40 años del Instituto de
Hidrología de Llanuras "Dr. Eduardo Jorge Usunoff" (IHLLA), de la
revista Cuadernos del CURIHAM.