CAPA FREÁTICA: SU INFLUENCIA EN LA
PROGRAMACIÓN DEL RIEGO EN FRUTALES DE PEPITA
WATER
TABLE: ITS INFLUENCE ON THE IRRIGATION SCHEDULE IN PEPITA FRUIT TREES
Juan Oreste Galeazzi(*) y María Cristina Aruani
Facultad de Ciencias
Agrarias, Universidad Nacional del Comahue. Cinco Saltos, Río Negro,
Argentina
(*)e_mail: juan.galeazzi@faca.uncoma.edu.ar
RESUMEN
El
objetivo fue analizar cuali-cuantitativamente el flujo capilar y evaluar su
influencia en la programación del riego en un cultivo de pera (Pyrus
communis) cv. William`s. Durante cuatro ciclos consecutivos se midieron con sensores específicos promedios diarios de humedad,
potencial mátrico y salinidad del suelo y los niveles y salinidad de la
freática.
La profundidad de la freática fluctuó entre 1.00 m y 1.10 m y salinidad entre
1.5 y 1.6 dS.m-1. Los valores medios de la humedad del perfil de
exploración radicular se encontraron en la franja del agua fácilmente
disponible con un balance salino equilibrado. Con el programa WinIsareg se
ajustó el balance hídrico simulado al contenido de humedad del suelo registrado
por los sensores en cada uno de los ciclos. Las láminas de reposición
resultantes se contrastaron con los requerimientos hídricos del cultivo y se
estimaron los aportes del flujo capilar en 290 a 499 mm según la temporada.
Estos representaron entre 1/3 y 2/3 del requerimiento hídrico del cultivo
reduciendo la dotación media de riego entre un 35 a 64%. Los riegos realizados
permitieron obtener rendimientos similares al valor de referencia en la zona y fueron
50% menos que los programados en condiciones de capa freática profunda.
Palabras clave: agua subterránea, flujo capilar, riego sustentable, Patagonia Norte.
ABSTRACT
The goal was to
quali-quantitatively analyze capillary flow and evaluate its influence on
irrigation scheduling in pear (Pyrus communis) cv. William`s. During four
consecutive cycles, the daily average humidity, the matric potential and
salinity of the soil, and the levels and salinity of the phreatic were measured
with specific sensors. The depth of the water table fluctuated between 1.00 m
and 1.10 m, and its salinity between 1.5 dS.m-1 and 1.6 dS.m-1.
The humidity mean values of the root exploration profile were in the band of
the easily available water, maintaining a salt balance. By using the WinIsareg
software, the simulated water balance was adjusted to the soil moisture content
recorded by the sensors in each cycle. The resulting replacement sheets were
contrasted with the crop water requirements and the contributions of the
capillary flow were estimated to be 290 mm up to 499 mm, depending on the
season. These values represented 1/3 - 2/3 of the crop water requirement,
reducing the average irrigation provision 35% - 64%. The irrigations carried
out allowed to obtain yields similar to the reference value in the area and
were 50% less than those programmed in conditions of deep water table.
Keywords: groundwater, capillary
flow, sustainable irrigation, Northern Patagonia.
INTRODUCCIÓN
En las regiones de
clima árido, el riego a partir del agua superficial ha posibilitado el desarrollo
regional de distintas zonas de nuestro país. El Alto
Valle de
Río Negro y Neuquén es una zona frutícola de
producción intensiva bajo riego y está surcada por los ríos Negro, Neuquén y
Limay. La superficie implantada con frutales es de 40428 ha, de las cuales el
86.2% corresponde a fruta de pepita (manzanas y peras) y el 13.8% a fruta de carozo (Senasa, 2017).
El método de riego
ampliamente utilizado en la zona es el gravitacional, siendo el de melgas de inundación (o riego a manto)
el más común, con un sistema de entrega del agua en compuerta por turnos
rotativos
(Galeazzi et al., 2018). Según el estudio Integral del Río Negro (CIL, 1991) la eficiencia media del sistema es del 30-40%
consecuencia del manejo deficiente del riego predial sumado a pérdidas físicas
y operacionales en la red de distribución. De esta manera el agrosistema
frutícola queda condicionado por el acuífero freático subyacente, cuya dinámica
depende de la operación e infraestructura del sistema de riego y drenaje y de
los caudales de los ríos Neuquén, Limay y Negro (Marizza et al., 2009).
Los altos niveles
freáticos abarcan, con distintos grados de afectación, el 40 % de la superficie
regada del Alto Valle (Alvarez, et al., 1995). Los registros existentes en
regiones bajo riego superficial, han mostrado alteraciones en el régimen de
fluctuaciones de los niveles del agua subterránea (Smith et al., 2009; Pereira,
2010; Ortiz Maldonado y Carmona, 2008). La zona estudiada se caracteriza por la presencia de una capa freática
cuya profundidad varía estacionalmente (Galeazzi et al., 2007; Montenegro et al.,
2014) y los suelos están sujetos a diferentes niveles freáticos según su
posición en el paisaje. En temporada de riego la freática está más cerca de la
superficie que en invierno y en algunos sectores del Valle puede llegar a los 0.40
m en primavera-verano y a 1.50-2.00 m en invierno.
El crecimiento de muchas especies que son tolerantes a
las condiciones anóxicas puede reducirse cuando las raíces se inundan y pueden
reanudar el crecimiento rápidamente una vez restablecida la aireación de las
raíces a diferencia de las especies sensibles (Crawford, 1982).
Los valores de salinidad de los
ríos Neuquén, Limay y Negro varían entre 0.2 y 0.3 dS.m-1, sin
ningún grado de restricción para riego (Ayers y Westcot, 1987), mientras que en el agua
freática son muy variables y oscilan entre 0.5 – 2.6 dS.m-1 (Apcarian
et al., 2014). En los estudios de salinidad del suelo, el término profundidad
crítica del nivel freático se usa para indicar “la profundidad más allá de la
cual el agua que se eleva por capilaridad no causaría la salinización de los
horizontes del suelo cultivable” (Saleh y Troeh, 1982). El flujo intenso ascendente del
agua desde la freática, aumentará el riesgo de salinización en la superficie
del suelo, incluso si el contenido de sal en el agua subterránea es bajo y no
hay una capa salina en el perfil (Xiaopeng Li et al., 2013).
En las regiones áridas y semiáridas el agua subterránea poco profunda puede ser considerada un potencial
recurso hídrico para los cultivos (Sepaskhah et al.,
2003). La incorporación del
aporte capilar de la freática en la programación de
los riegos disminuiría la cantidad de riegos a aplicar (Soppe y Ayars, 2003)
haciendo más sustentable el sistema de riego. La humedad del suelo y la demanda
del cultivo son las variables a considerar en la programación de los riegos.
Los sensores de
humedad determinan el contenido de la humedad en el perfil del suelo en forma
continua y aportan información para el balance hídrico. Con los modelos
hidrológicos como el programa WinIsarreg v 1.3.1 se pueden estimar las
necesidades de agua de los cultivos y la programación de los riegos mediante la
simulación del balance hídrico de los suelos (Pereira et al., 2003). Este
modelo ha sido una herramienta útil y sencilla para determinar el balance
hídrico en cultivos frutícolas y hortícolas en diferentes regiones (Grasso et
al., 2018; Chaterlan et al., 2010; Cancela et al., 2006; Zairi et al., 2003).
En
un trabajo previo a este estudio (Galeazzi y Aruani, 2019) se analizó la
programación del riego promediando datos decadiarios de humedad del suelo,
profundidad freática y evapotranspiración correspondientes a tres ciclos
productivos de pera William`s. Esta investigación es una continuación más
detallada de la anteriormente mencionada donde se ajusta la humedad del suelo a
promedios diarios de cuatro ciclos consecutivos del cultivo y se incorporan al
análisis datos del potencial matricial, de la salinidad del suelo y de la
freática. Por lo tanto el objetivo de este estudio fue analizar y evaluar cuali-cuantitativamente
la influencia del flujo capilar en la programación de los riegos.
MATERIALES
Y MÉTODOS
Características
del sitio
El estudio se llevó a cabo en una parcela comercial de 1 ha con 31 hileras plantadas con perales (Pyrus
communis L.) cv. William`s, conducidos en espaldera en un marco de
plantación de 4 m x 2 m (1200 pl.ha-1), ubicada a 38°51´11.38” S y
68°2´39.30” O. Se consideraron cuatro ciclos productivos 2013-2014; 2014-2015; 2015-2016 y 2016-2017 que se
extendieron de octubre a marzo inclusive. El riego fue por
gravedad en 15 melgas de 8 m x 100 m delimitadas por bordos y sin desagüe al
pie. Se utilizaron caudales de 30-35 l.s-1 con un tiempo de riego de
19-20 hs para toda la parcela y con una infiltración básica de 6-8 mm.hs-1.
Los suelos son de origen aluvial, el régimen de humedad corresponde al
arídico y el de temperatura es térmico, lo que reflejan las condiciones de
déficit hídrico durante todo el año (CIL, 1991). La precipitación
media anual del período 2013 - 2017 fue de 216 mm y las temperaturas máxima y
mínima medias fueron 22ºC y 6.6ºC respectivamente. En la Tabla 1 se consignan
los valores de precipitación y evapotranspiración de referencia (ETo)
correspondientes a los ciclos del cultivo. Los datos climáticos fueron obtenidos
de la estación meteorológica instalada en la Facultad de Ciencias Agrarias,
Universidad Nacional del Comahue (38º50`41” S; 68º04`09” O) a 282 msnm, ubicada
a 2400 m de la parcela en estudio.
Tabla
1. Registro de precipitaciones y evapotranspiración de referencia (ETo) de los
ciclos 2013 al 2017.
Meses |
Registro
de precipitaciones (mm) |
ETo (mm) |
||||||
|
2013-14 |
2014-15 |
2015-16 |
2016-17 |
2013-14 |
2014-15 |
2015-16 |
2016-17 |
Setiembre |
16.8 |
25.4 |
19.0 |
2.5 |
84.0 |
90.0 |
84.0 |
81.7 |
Octubre |
40.4 |
51.6 |
16.6 |
186.6 |
118.3 |
99.0 |
98.2 |
92.5 |
Noviembre |
0.2 |
9.4 |
2.4 |
4.8 |
99.5 |
134.0 |
135.9 |
125.4 |
Diciembre |
0.2 |
8.8 |
0.4 |
2.8 |
171.6 |
145.0 |
145.9 |
152.4 |
Enero |
0.0 |
5.2 |
21.8 |
0.0 |
167.0 |
155.3 |
140.7 |
155.8 |
Febrero |
3.2 |
8.0 |
17.8 |
5.6 |
113.0 |
117.8 |
120.1 |
108.8 |
Marzo |
0.4 |
0.4 |
4.0 |
12.3 |
98.4 |
97.4 |
86.3 |
81.4 |
Total |
61.2 |
108.8 |
82.0 |
214.6 |
851.8 |
838.5 |
811.1 |
798.0 |
El suelo es de
textura franco arcillo limosa en superficie y franco limosa hacia la
profundidad, con presencia de capa freática poco profunda, clasificado como
Acuicambid típico familia limosa fina, moderadamente bien drenado (Soil Survey
Staff, 2014) y la conductividad hidráulica saturada fue Ks =
0.6 m.dia-1. Por debajo de 1.50 m de profundidad se encuentra un
manto de grava (aluvión grueso) de alta permeabilidad (Ks = 80 m.dia-1) y espesor D =
8.50 m (CIL, 1991). En el perfil de exploración radicular, entre
plantas y sobre la hilera de plantación, se colocaron diez (10) sensores Decagon Devices (Pullman,
Washington, USA). Se utilizó el modelo EC-5 para determinar el
contenido de humedad a 0.20, 0.40 y 0.60 m de profundidad. Con el sensor MPS-2
se midió el potencial mátrico y con el sensor 5TE la salinidad de la solución
del suelo, ambos ubicados a 0.40 m de profundidad. Se colocó un sensor
específico modelo CTD para medir la profundidad y salinidad de la capa
freática. Los
sensores fueron calibrados en laboratorio antes de su colocación. En diferentes
sectores del cultivo se realizaron muestreos periódicos a campo con barreno
para controlar los valores obtenidos por los sensores. Los datos horarios
almacenados en el datalogger fueron transformados en promedios diarios de cada
ciclo, en correspondencia con los datos disponibles de la evapotranspiración de
referencia (ETo) calculada según Penman-Monteith por una sub-rutina del
programa WinIsaregv-1.3.1 (Pereira et al., 2003).
Se determinaron en laboratorio las constantes hidrofísicas para cada horizonte del suelo tales como: capacidad de campo (CC), punto de marchitez permanente (PMP), las curvas de retención hídrica sobre cinco (5) muestras disturbadas (Richards, 1956) y la densidad aparente
(método del cilindro). Se realizó el ajuste de la curva de retención hídrica
con el modelo Van Genuchten-Mualen (m = 1-1/n, programa RETC)
(Van Genuchten, 1991). Los parámetros del modelo a ajustar fueron: inversa del
potencial de entrada de aire α = 0.0049,
distribución de tamaño de
poros λ = -0.292 y parámetro empírico
que afecta la forma de la curva de retención n = 1.67.
El
nivel de agotamiento permisible del agua del suelo (NAP) se determinó teniendo
en cuenta las fases de desarrollo del cultivo y la correspondiente
evapotranspiración (Allen et al., 2006) fluctuando entre el 40% y 60% del agua
útil (CC-PMP). Los valores de NAP tabulados son ajustados por el programa
WinIsareg en función del contenido de sales del suelo (Campos et al., 2003)
según la ecuación (1):
(1)
donde
CEe es la conductividad eléctrica del extracto saturado de la zona radicular
(dS.m-1); CEeumbral es el nivel
crítico a partir del cual la productividad del cultivo comienza a disminuir (dS.m-1); b es la tasa de reducción de la
producción por unidad de aumento de CEe [%/(dS.m-1)].
Los valores tabulados (Rhoades et al., 1992) aplicables en el caso de frutales
de pepita son (ecuación 2):
(2)
El agua fácilmente
aprovechable (AFA) se definió como el contenido de humedad entre CC y el NAP,
no produce estrés hídrico y la evapotranspiración del cultivo es máxima (ETm).
En la Tabla 2 se detallan los valores de las constantes
hidrofísicas y de los diferentes niveles de agotamiento permisible del agua en
el suelo. Los porcentajes de humedad a los diferentes niveles críticos del agua
útil correspondieron a los períodos de mínima, media y máxima
evapotranspiración del cultivo, siendo del 60% en las fases de
brotación-floración y senescencia; del 50% en la fase de crecimiento del brote
y desarrollo vegetativo y del 40% en la fase de pleno desarrollo del fruto y de
cosecha.
Tabla 2. Contenidos de agua volumétrica a
capacidad de campo (CC), punto de marchites permanente (PMP) y niveles de
agotamiento permisible del agua en el suelo (NAP).
Profundidad (m) |
CC
(%) |
PMP
(%) |
Densidad
aparente (Mg.m-3) |
NAPtab |
||
0.6 |
0.5 |
0.4 |
||||
0.00 - 0.15 |
40.5 |
18.9 |
1.35 |
Valor medio (%) |
||
0.15 - 0.30 |
47.7 |
17.9 |
1.40 |
26.8 |
29.4 |
31.9 |
0.30 - 0.60 |
39.8 |
15.2 |
1.43 |
Se determinó profundidad
de enraizamiento colocando en el perfil del suelo un cuadrante de 1 m x 1 m
dividido en cuadrículas de 10 cm x 10 cm. La distribución de raíces dentro de
cada cuadrícula fue mapeada después de remover una capa delgada de suelo para
poner al descubierto las raíces del cultivo. Se cuantificaron raíces menores a
2 mm y entre 2 a 5 mm (Aruani, 2009). Se obtuvo un factor de ponderación con
los porcentajes de raíces a diferentes profundidades para definir el contenido
medio de humedad en el perfil del suelo.
Se
calculó el Potencial Total del agua del suelo (Potencial Hídrico), expresado en
kPa, como suma del Potencial mátrico más el Potencial osmótico. Previamente se
convirtieron los valores de salinidad de la solución del suelo mediante la
expresión de Richards (1956) (ecuación 3):
(3)
dónde
Ψo es el potencial osmótico (bar); CEe es la conductividad eléctrica del
extracto de saturación (dS.m-1).
Al momento de cosecha, se recolectó el total de frutos de cinco (5)
árboles seleccionados al azar en cada ciclo. Se pesaron todos los frutos para
determinar rendimiento total y se expresó en t.ha-1.
Simulación del balance de agua del suelo
Se utilizó el programa WinIsareg para determinar el balance hídrico y programación de riegos. Los datos de
entrada que utilizó el programa fueron
variables climáticas: temperatura, humedad relativa, radiación, viento y
precipitación;
variables del suelo: textura, CC y PMP y parámetros del cultivo: coeficiente de
cultivo (Kc) correspondiente a cada fase de desarrollo, profundidad de
enraizamiento y NAPtab. Las fases del cultivo consideradas fueron:
brotación-
floración que se extendió desde la tercera
semana de septiembre a la segunda de octubre; la fase de crecimiento del brote
y desarrollo vegetativo hasta la última semana de noviembre; la de crecimiento
del fruto que se extendió hasta la última semana de diciembre; la fase de pleno
desarrollo del fruto y cosecha hasta la última semana de enero, y finalmente la
fase de postcosecha y senescencia desde febrero hasta fines de abril (Requena,
2001). Este programa además permitió introducir los datos del contenido de
humedad del suelo registrados por los sensores.
El
WinIsareg se utilizó en tres escenarios característicos: a) balance hídrico en
condiciones reales del sitio con presencia de capa freática poco profunda, b)
ajuste de la programación del riego en condiciones reales y c) balance hídrico
y programación del riego en condiciones óptimas para el cultivo, sin aporte de
flujo capilar.
a) Condiciones reales
Para evaluar la bondad del modelo WinIsarreg
se utilizaron predicciones cualitativas y estrategias estadísticas. Se siguió
un procedimiento iterativo que minimiza las diferencias entre los contenidos de
agua en el suelo medidos por los sensores y los calculados, ajustando los
coeficientes Kc en función de la humedad presente en el perfil. El
grado de asociación entre estos valores fue calculado mediante el coeficiente
de correlación (ρ) y el coeficiente de variación del error (RMSE) que mide la bondad del
ajuste. Los valores de humedad en el perfil del suelo
se promediaron ponderados por el porcentual de raíces según profundidad. Para esta simulación
se consideraron los riegos realizados,
obteniéndose como resultado las láminas de reposición (ETa) y las dotaciones
(l.s-1.ha-1) media y máxima.
b) Ajuste de la
programación
Con los
coeficientes obtenidos en el inciso precedente (Kcajustados), se
simuló una re-programación de riegos con la condición que el contenido de
humedad del suelo durante el ciclo de cultivo se encuentre siempre dentro del
AFA. Se obtuvo la evapotranspiración ETm, la cantidad de riegos y fecha de
realización.
c) Condiciones
óptimas
Se realizó un
balance hídrico en condiciones óptimas para el desarrollo del cultivo, sin
estrés hídrico y con capa freática profunda, utilizando coeficientes de cultivo
(Kc) obtenidos localmente en lisímetros (Requena et al., 2016). Dichos coeficientes representan la demanda de agua y varían según las fases
fenológicas (Allen et al., 2006). Como resultado se
obtuvo la ETc diaria, cantidad de riegos y fecha de realización, lámina neta de
aplicación en cada riego y dotaciones media y máxima en cada uno de los cuatro
ciclos estudiados.
Conocidas
las láminas de reposición (ETa) en la situación real y calculados los
requerimientos hídricos del cultivo (ETc), se pudo estimar el aporte capilar
(q) desde la freática (ecuación 4):
(4)
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
El número de
riegos realizados en el período de estudio fue diferente según los ciclos del
cultivo analizados. En todos los casos el primer riego se realizó en la tercera
o cuarta semana de octubre. En el ciclo 2013-14 se realizaron seis riegos con
intervalos de riegos variables: 30 días entre el 1º y 2º riego y de 11 a 17
días en los riegos subsiguientes. En el ciclo 2014-15 se efectuaron cinco
riegos con intervalos de 25 días entre 1º y 2º riego e intervalos de 15 a 20
días en los restantes. En el ciclo 2015-16 fueron cuatro los riegos aplicados
con intervalos de 30 y 20 días. En el ciclo 2016-17 se aplicaron 5 riegos con
un primer intervalo de 25 días y entre 11 y 20 días los intervalos
subsiguientes. En los meses de febrero y marzo, periodo de cosecha para las
otras variedades de peras y manzanas, no se efectuaron riegos. El último riego
se realizó en abril y es utilizado para el lavado de sales del perfil.
Los
valores de contenido de humedad obtenidos por los sensores en condiciones de
campo se correlacionaron positivamente con los valores medidos por el método
gravimétrico (r = 0.75; p < 0.05; n = 10). Los contenidos de humedad a
diferentes profundidades se visualizan en la Figura 1 (para mejor visualización
de la figura se presentan los valores de humedad del ciclo 2013-2014). En los
cuatro ciclos se repitieron las siguientes situaciones: a 0.20 m de profundidad
el contenido de humedad del suelo se encontró siempre por debajo del NAPaj.
a excepción del momento del riego. A 0.40 m de profundidad el contenido de agua
en el suelo estuvo siempre dentro del AFA; la excepción fue febrero del ciclo
2014-15 donde se manifestó algún grado de estrés. A 0.60 m de profundidad el
contenido de humedad alcanzó valores superiores a CC, presentando condiciones
de semi-saturación durante todo el ciclo excepto en febrero y marzo. Resultados
similares fueron obtenidos en un cultivo de manzano en la zona de Alto Valle
(Montenegro et al., 2014). Los altos contenidos de humedad en el suelo al
comienzo de cada ciclo se debieron a las precipitaciones ocurridas (Tabla 1) y
a las prácticas de control pasivo de heladas primaverales mediante riegos por
inundación (Tassara, 2005).
Figura 1. Contenido de Humedad en el perfil
del suelo.
Para
obtener el contenido de humedad promedio en la zona de raíces se utilizó un
factor de ponderación. Las raíces activas del cultivo considerado se
encontraron dentro de los 0.70 m (Aruani, 2009) de las cuales, el 30% se
distribuyeron a 0.20 m de profundidad, el 32% se encontró a 0.40 m, el 23% a
0.60 m y el 15% restante a 0.70 m. Los valores de humedad obtenidos por los
sensores a 0.40 m de profundidad se correlacionaron positivamente con los
valores de humedad calculados como promedios ponderados (r = 0.97; p < 0.05;
n = 229).
Los
datos de potencial mátrico (sensor MPS-2) a 0.40 m de profundidad fueron ajustados
en función de las curvas de retención hídrica (R2 = 0.94; p < 0.05; n = 38). Se asumieron
valores de -60 kPa para el periodo crítico (dic-ene) y -100 kPa para el resto
del ciclo del cultivo como niveles de agotamiento del agua del suelo que no
producen estrés hídrico (Hagan y Stewart, 1972). Los potenciales mátricos se
encontraron dentro del AFA en el ciclo 2013-14. En el ciclo 2014-15 solo se
presentaron condiciones de estrés con valores de -100 a -170 kPa entre fines de enero y
fines de marzo. El ciclo 2015-16 solo presentó condiciones leves de estrés en
la segunda quincena de diciembre. El ciclo 2016-17 acusó datos faltantes de
potencial.
Valores
de salinidad de la solución del suelo a 0.40 m de profundidad (sensor 5TE) se
correlacionaron positivamente con valores de CEe (extracto de saturación) medidos
en muestras obtenidas a campo (r = 0.89; p < 0.05; n = 6). Se realizó un
ajuste por regresión de los datos obtenidos por el sensor (R2 =
0.81; p < 0.05; n = 6) en función de la porosidad y el contenido de humedad
(sensor EC-5). El valor de referencia comúnmente aceptado para definir como
salino a un suelo es CEe > 4.0 dS.m-1.
Valores registrados al comienzo y final de cada ciclo como también otros
característicos de cada periodo figuran en la Tabla 3.
Las
variaciones en el contenido de humedad del suelo debido a los aportes (riego,
lluvia, capilaridad) y pérdidas (evapotranspiración) explican la dinámica
salina en la rizósfera. Los incrementos observados en la CE de la solución del suelo acusados
por el sensor
se produjeron, como era de esperar, en los periodos
previos a los riegos y/o lluvias.
Estos incrementos, variables según
el intervalo entre
riegos,
oscilaron entre 0.5 y 1.4 dS.m-1. Las láminas de percolación
permitieron el descenso de la salinidad en los días posteriores a cada riego.
La duración de estos ciclos en la dinámica salina fue de 20/25 días en
octubre/noviembre y 10/15 días en diciembre/enero.
Tabla 3. Valores de Conductividad
Eléctrica del extracto
saturado (CEe) a 0.40 m de profundidad.
CEe (dS.m-1) |
Ciclos de cultivo |
|||
2013-2014 |
2014- 2015 |
2015- 2016 |
2016- 2017 |
|
CEe inic. |
3.36 |
2.54 |
2.78 |
2.54 |
CEe fin. |
2.78 |
3.03 |
2.62 |
2.29 |
CEe min. |
1.96 |
1.79 |
2.12 |
- |
CEe med. |
2.87 |
2.37 |
2.62 |
- |
CEe max. |
4.02 |
3.03 |
3.44 |
- |
Los potenciales hídricos obtenidos en todos los ciclos
estudiados arrojaron valores inferiores a los de referencia, afectando en
distinto grado la ETc. Al comienzo de la temporada (octubre – noviembre) los
ciclos 2014-15, 2015-16, 2016-17 presentaron valores entre -100 y -150 kPa, que
representan un grado de estrés leve (Hagan y Stewart, 1972). Según Marsal. et
al., (2002) el rendimiento relativo no se ve afectado por déficits de ETc de
15-20 %. En el ciclo 2013-14 los potenciales variaron entre -150 y -200 kPa.
Molina-Ochoa et al. (2015) determinaron que disminuyendo el potencial hídrico
en la fase de crecimiento rápido del fruto a -100 kPa no se observaron
diferencias significativas en los rendimientos.
En diciembre-enero se registraron potenciales entre -150 y -200 kPa excepto en el ciclo 2014-15 y
segunda quincena de enero 2013-14 con valores entre -100 y -150 kPa. En
febrero-marzo se registraron potenciales de -150 a -200 kPa a excepción del
ciclo 2014-15 con valores de -200 a -250 kPa. En la Figura 2 se observa la
evolución de los potenciales del agua del suelo en uno de los ciclos estudiados.
Figura 2.
Potencial total del agua del suelo a 0.40 m de profundidad, ciclo 2013-2014.
Los
niveles freáticos (NF) registrados por el sensor CTD mostraron variaciones
similares entre los diferentes ciclos productivos. Posterior a cada riego los
niveles ascendieron a escasos centímetros de la superficie como consecuencia de
las pérdidas por percolación profunda (Figura 3).
La
recuperación de los niveles previos al riego se produjo entre los 6 y 10 días
de finalizado el riego como consecuencia del drenaje natural, a una velocidad
de 10 a 15 cm.d-1. Las recargas puntuales debidas a riegos en áreas
vecinas y una alta permeabilidad del estrato subyacente inciden en la dinámica
freática de la parcela y explican las variaciones en su velocidad de descenso.
Las mayores profundidades de la capa freática, 1.42 m a
1.49 m según el ciclo de cultivo, se observaron en el periodo comprendido entre
la segunda quincena de enero y mediados de marzo, coincidente con la
cancelación de riegos en tiempo de cosecha. Las profundidades medias
fluctuaron, según la temporada, entre 1.00 m y 1.10 m. La Figura 4 representa
la variación de los niveles freáticos a lo largo de todo el periodo estudiado,
observándose un equilibrio dinámico como resultado de los procesos de recarga y
descarga del acuífero. Según FAO (1985) y experiencias locales (FCA UNCo-INTA)
la profundidad crítica del nivel freático para suelos de textura media y
cultivos frutícolas oscila entre 1.40 – 1.60 m. La franja capilar, de espesor
variable, es la zona por encima de la capa freática donde se mantienen las
condiciones de casi saturación, va disminuyendo progresivamente hacia la
superficie y puede abastecer parcial o totalmente la demanda
evapotranspiratoria del cultivo (Grassi, 1998).
Figura 3.
Niveles freáticos y Contenido promedio de humedad en el suelo, ciclo 2013-2014.
Figura 4. Fluctuación de los niveles
freáticos en el periodo 2013-2017.
La
salinidad del agua freática fluctuó en función de los aportes por percolación
profunda del riego parcelario. Los promedios por temporada variaron entre 1.5
dS.m-1 y 1.6 dS.m-1 con máximos que excepcionalmente
sobrepasaron los 2.5 dS.m-1. A mediados de abril, ya realizado el
último riego de temporada, los valores de CE oscilaron entre 1.2 dS.m-1 y 1.6 dS.m-1.
A comienzos de cada ciclo la salinidad de la freática fue diferente dependiendo
de la mayor o menor ocurrencia de las lluvias otoño invernales. En la temporada
2013-14 recibió una lluvia excepcional de 140 mm a finales del ciclo y los valores
inicial y final de CE fueron 1.8 y 2.4 dS.m-1 respectivamente.
Mientras que en las otras temporadas los valores de finales de ciclo fueron
inferiores a los de comienzo de ciclo: CE = 2.4 – 1.4 dS.m-1 (ciclo
2014-15), 1.5 – 1.2 dS.m-1 (ciclo 2015-16) y 3.0 – 1.7 dS.m-1
(ciclo 2016-17). Como dato de referencia la salinidad del agua de riego
presenta una CE = 0.23 dS.m-1 (CIL, 1991).
Programa WinIsareg
Se
utilizó el modelo WinIsareg en el cálculo del balance hídrico y
programación del riego. En primera instancia se efectúo un balance hídrico
teniendo en cuenta los riegos efectivamente realizados y las condiciones del
cultivo, suelo y clima ya especificados. El contenido promedio de humedad del
perfil del suelo registrado por los sensores permitió ajustar el balance
hídrico simulado modificando los Kc experimentales (Requena et al., 2016). En
la Figura 5 se grafica el resultado del ajuste logrado en uno de los ciclos
(2013-2014).
Los nuevos coeficientes representan la variación
del contenido de humedad del suelo como resultado de los aportes de los riegos,
precipitaciones y flujo capilar y el consumo por evapotranspiración. El
programa considera el flujo capilar cuando es ingresado como dato al modelo
(Liu et al., 2006). Los estadísticos que miden la calidad del ajuste se indican
en la Tabla 4.
Figura 5. Comparación Balance hídrico
simulado vs. Contenido de humedad promedio de sensores.
Tabla 4. Medida
de la calidad del ajuste entre valores calculados por WinIsareg y el contenido
de humedad promedio en el perfil de exploración radicular.
Ciclo |
Error medio (EM) |
Coef.
VariaciónError (RMSE) |
Coef.
Correlación (r) |
2013-2014 |
1.44 |
4.0 |
0.89 |
2014-2015 |
2.15 |
6.2 |
0.94 |
2015-2016 |
0.89 |
2.5 |
0.90 |
2016-2017 |
2.16 |
6.0 |
0.88 |
En la Tabla 5 figuran los resultados obtenidos de
la simulación del balance hídrico en las condiciones reales de manejo del
riego. La relación ETa/ETm representa la comparación entre la lámina de
reposición (ETa) que surge de dicha simulación con la esperada (ETm) en
condiciones de balance hídrico dentro de la franja del AFA (Figura 6).
Se observaron dos situaciones
comunes a todos los ciclos a excepción de la que comprende el ciclo 2015-16 con
un estrés hídrico leve solo en diciembre:
a) En los meses de octubre, noviembre y diciembre, con los tres
primeros riegos efectuados, el agotamiento del agua en el suelo no llegó al
límite inferior del AFA (NAP). Este contenido de humedad del suelo, entre
capacidad de campo y el umbral de riego, es favorable para que el fruto alcance
el 80% de su peso final (Requena, 2001).
b)
A partir de enero y hasta fines de marzo se manifestó cierto grado de stress ya
que los niveles de humedad del suelo se encontraron por debajo del NAP.
Shaozhong et al., (2002) demostraron que los perales en condiciones de stress
de agua y presencia de capa freática poco profunda extraen eficientemente el
agua de la franja capilar. Además, se evita un
crecimiento vegetativo no deseado al disminuir el consumo de agua al final del
ciclo del
cultivo
(Requena, 2001). Los resultados obtenidos a partir de estos balances hídricos
en condiciones reales considerando los riegos realizados, mostraron frecuencias
de riego inadecuadas, ya sea por exceso o por defecto. Seguidamente se
realizaron simulaciones bajo condiciones de balance hídrico y programación
dentro de la franja del AFA a fin de ajustar la oportunidad del riego, donde el
periodo considerado se extendió hasta el momento posterior a la cosecha. El
programa reordenó las frecuencias de riego en base al esquema de riegos
efectuado por el productor en los ciclos estudiados. En la Figura 6
se presenta el resultado de la simulación para la temporada 2013-2014.
Tabla 5. Dotación y lámina de reposición
en condiciones reales.
Ciclo |
ETa (mm) |
Lam neta media(mm) |
Dotación media (l.s-1.ha-1) |
Dotación máxima (l s-1ha-1) |
ETm (mm) |
ETa/ETm |
Cantidad de Riegos |
2013-2014 |
413.2 |
65 |
0.24 |
0.72 |
419.0 |
0.99 |
6 |
2014-2015 |
510.9 |
70 |
0.30 |
0.91 |
534.9 |
0.96 |
5 |
2015-2016 |
272.1 |
60 |
0.16 |
0.40 |
272.1 |
1.00 |
4 |
2016-2017 |
403.4 |
70 |
0.23 |
0.91 |
411.8 |
0.98 |
5 |
Figura 6.
Reprogramación de riegos.
Como resultado aumentó a siete el número de riegos,
sin modificar la
dotación media ya que la relación ETa/ETm fue prácticamente 1 (ver Tabla 5). Una síntesis de los resultados se visualiza en la Tabla 6.
Tabla 6.
Programación de riegos propuesta. Síntesis de las temporadas.
Riego |
1º |
2º |
3º |
4º |
5º |
6º |
7º |
Fecha (semana) |
4º oct |
4º nov |
3º dic |
4º dic |
2º ene |
3º ene |
4º ene |
Intervalo (días) |
30 |
20 |
15 |
10 |
7 |
7 |
|
Según
Villarreal y Santagni (2004) un monte frutal de pera William´s en plena
producción y sin restricciones para el desarrollo tiene un rendimiento estándar
de 50 t.ha-1. En los ciclos analizados se midieron los rendimientos
del cultivo (Aruani, 2010; Aruani et al., 2014) que fueron coincidentes con el
valor estándar mencionado.
Para
conocer los requerimientos hídricos del cultivo en esta situación sin
restricciones y considerando al riego como el único aporte de agua al perfil
radicular, se ejecutó la opción de balance hídrico y programación de riegos
dentro de la franja del AFA. Los Kc utilizados, obtenidos en los lisímetros de
la EERA-INTA Alto Valle, de octubre a abril fueron: 0.6, 0.8, 1.14, 1.35, 1.18,
0.97, 0.9 respectivamente.
Los
resultados obtenidos en cada ciclo figuran en la Tabla 7 y el gráfico del
balance hídrico y programación de riegos correspondiente al ciclo 2013-2014 se
observa en la Figura 7.
Tabla 7. Requerimientos hídricos del peral
William´s
Ciclos |
ETc (mm) |
Dotación media (l.s-1.ha-1) |
Dotación máxima (l.s-1.ha-1) |
Cantidad de Riegos |
2013-14 |
811.0 |
0.47 |
0.93 |
13 |
2014-15 |
800.7 |
0.46 |
0.83 |
11 |
2015-16 |
771.2 |
0.45 |
0.75 |
11 |
2016-17 |
760.6 |
0.44 |
0.79 |
11 |
Figura 7. Balance hídrico y programación
del riego sin Aporte capilar.
Los aportes del flujo capilar a la rizósfera se
estimaron a partir de los balances hídricos obtenidos con las simulaciones
realizadas en condiciones de presencia y ausencia de capa freática. A través de los
datos de humedad del suelo medidos a campo (Figura 1) se
observó que en todos los ciclos estudiados, durante los meses de octubre a
enero inclusive, el flujo capilar se manifestó hasta los 0.60 m de profundidad dado que los sensores
indicaban condiciones de semi-saturación con porcentajes superiores a capacidad
de campo. En el período de cosecha (febrero-marzo), al no registrarse riegos,
el ascenso capilar se mantuvo por debajo del nivel mencionado. Este aporte
desde la freática conjuntamente con el de los riegos efectuados (Tabla 5), logró mantener el balance de
humedad del suelo en condiciones satisfactorias para el desarrollo pleno del
cultivo. En la Tabla 8 figura el aporte del flujo capilar calculado en función
de la lámina de reposición (ETa) y del requerimiento hídrico del cultivo (ETc).
El análisis de la información presente en las Tablas 5, 6
y 7 permitió contrastar los resultados obtenidos de las simulaciones efectuadas
bajo situación real del cultivo con las realizadas en condiciones donde el
flujo capilar no ingresa a la rizósfera. El aporte promedio del flujo capilar a
la rizósfera fue de 390 mm ± 100 mm y representa
una significativa contribución a las necesidades de agua del peral, llegando a
cubrir en algunas situaciones hasta dos terceras partes de las mismas. La
incidencia en el calendario de riegos, teniendo en cuenta la reprogramación
propuesta, se manifiesta en el número de riegos y en el caudal medio por unidad
de superficie (dotación). Los riegos se reducen de 11 a 7 y la dotación media
de 44-47 l.s-1.ha-1 a 16-30 l.s-1.ha-1.
Tabla 8. Cálculo del aporte por flujo
capilar.
|
Aporte
flujo capilar |
|||
Ciclos |
ETa (mm) |
ETc (mm) |
(q = mm) |
% ETc |
2013-14 |
413.2 |
811.0 |
397.8 |
49 |
2014-15 |
510.9 |
800.7 |
289.8 |
36 |
2015-16 |
272.1 |
771.2 |
499.1 |
65 |
2016-17 |
403.4 |
760.6 |
357.2 |
47 |
CONCLUSIONES
La
profundidad promedio de la capa freática a lo largo de los cuatro ciclos
analizados fue de 1.00 m a 1.10 m, fluctuando entre los 0.10 m después de cada
riego y valores cercanos a 1.50 m en post-cosecha. La CE promedio en cada uno
de los ciclos fue 1.55 dS.m-1.
Al final de cada ciclo los valores de CE fueron inferiores a los del comienzo,
excepto en la temporada 2013-2014.
El
flujo capilar durante el ciclo del cultivo ascendió hasta 0.60 m de profundidad
y ocasionalmente a 0.40 m. El aporte desde la freática significó entre 1/3 y
2/3 de las necesidades de agua del peral y redujo un 36 % el número de riegos.
La
condición de suelo no salino se mantuvo al finalizar cada ciclo y el potencial
hídrico del suelo medido a 0.40 m de profundidad fue de -100 a -200 kPa,
excepcionalmente de -250 kPa.
Los
coeficientes Kaj, resultantes de la calibración del modelo, fueron menores a
los Kcexperimentales en un 50% en promedio durante octubre, noviembre y
diciembre; previo a cosecha fueron un 20 % menos y en postcosecha 70 %.
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Tipo de Publicación: ARTÍCULO.
Trabajo recibido el 02/08/2021 y aprobado para su publicación el 24/10/2021.
COMO CITAR
Galeazzi, J. O. y Aruani, M. C. (2021). Capa freática: su influencia en la programación del riego
en frutales de pepita. Cuadernos del CURIHAM. 27, 9-22. DOI:
https://doi.org/10.35305/curiham.v27i.167
Este es un artículo de acceso abierto
bajo licencia: Creative Commons Atribución - No Comercial - Compartir Igual 4.0
Internacional (CC BY-NC-SA 4.0)
(https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/deed.es)